Monday, February 09, 2009

Anotaciones








Allá quedan
el ocaso,
los árboles,
la laguna cotidiana,
los niños y sus barquitos de papel,
mi remo,
tu ola,
mis manos,
tus pies;

también quedan el pasto y los juncos,
las garzas curiosas,
las ramas de los cipreses,
los sueños que guardé en el armario,
los ojos en la ventana,
mi diario en tu cajón;

esperando no olvidar los detalles,
los lunares en tu espalda,
tus dedos en mi cicatriz,
tu hombro consolador,
tu abrazo que abrasa,
tu vientre acogedor;

tomo nota de tus comisuras y tus mejillas,
de lo que dicen tus ojos,
también de lo que no dicen;
apunto nuestros suspiros,
pero no los cuento,
espero que sean muchos;
escribo nuestras conversaciones,
para cuando llegue la noche
repasar aquellas anotaciones
tan simples y tan transcendentales,
cuando tú
estés lejos.

Pronósticos


Hay silencio,
en él se cuelan el techo y las paredes
las ventanas entreabiertas
las persianas que resuenan;
hay silencio,
en él se tamizan,
las plegarias de las ranas al cielo
esperando la lluvia,
también el canto de las cigarras y los escarabajos;

Luego las palabras irrumpen la afonía
se infiltran los recuerdos y las querencias
asisten las frases deseadas,
bienvenidas,
esas que son extrañadas antes de ser dichas;
hay palabras,
entonces se inundan los ojos
los oídos resuenan
los tobillos se mojan
el pecho se ahoga
el corazón se llena de sonidos.

Luego concurren los pretextos
resonando entre los ecos,
susurrando las preguntas y las dudas,
esas inconformes;
hay pretextos,
entonces las palabras huyen,
los ojos se secan
los tobillos se escurren
el pecho se enjuga
el corazón guarda sigilo.

Y así aparecen de nuevo,
las ganas de que llegue el silencio
que se cuele por el techo y las paredes
por las ventanas entreabiertas
haciendo resonar las persianas,
mientras yo me quedo
en su quietud,
oyendo las plegarias de las ranas, el cielo,
la lluvia, las cigarras y los escarabajos.

Friday, February 06, 2009

Obituario

"…yo no sabía que no tenerte podía ser dulce,
como nombrarte para que vengas aunque no vengas

y no haya sino tu ausencia tan dura
como el golpe que me di en la cara pensando en vos…"
- Poco se sabe (Juan Gelman) -

Incompleto, mutilado,
parcial, fragmentario,
nadie me dijo que así
veníamos al mundo;
y que de tarea teníamos
que concluirnos, refaccionarnos,
complementarnos, integrarnos;

nadie me avisó,
no vino en el manual,
ni en las indicaciones del crucigrama del diario,
no estaba en las instrucciones del rompecabezas del armario,
no venía en la etiqueta de la piel que me puse ayer
y que quería dejar colgada en tu patio;

tampoco me dijeron
que el tiempo no era un aliado,
que la noche venía
y que en un pestañeo
antes de que siquiera piense
que podía acabar todo,
el telón se cerraba tristemente
para dejarme del otro lado del escenario,
recibiendo las flores, los elogios y los llantos.

Nadie me lo dijo,
pero empiezo a entender
que estamos sobre estas suelas
para apurarnos, mejorarnos,
pulirnos, retocarnos,
y sobre todo para juntarnos,
hacernos uno, bailar un bolero o un tango,
no para cantar himnos solemnes
ni para guardar silencios de lutos pasados.

Nadie lo dijo,
si alguien lo sabía no lo dijo,
qué enigma difícil
y adivinanza compleja,
con pistas escasas,
migajas de pan desaparecidas,
deber de vida,
entender que así veníamos a este mundo,
con el único compromiso de encontrarnos,
a la mitad del puente para abrazarnos
y no quedarnos en las orillas esperando;
comprender que llegamos,
con la sola tarea de remendar, tus pies y los míos,
y que yo sea el ojal y tú el botón
de una misma camisa por la que respiramos;
con la oportunidad de sumarnos,
no ser menos o más,
sino más bien de completar
las cuerdas y amarras
que le falten a tus vidas
y las mías.

Nadie lo dijo,
pero pienso que estamos aquí
para consumarnos, llenarnos,
estrecharnos,
dejar una huella o dos o tres,
sentir que comenzamos.

Nadie te lo ha dicho,
y espero ser yo quien te susurre esta vez
que estoy aquí para abrazarnos,
completarnos, reintegrarnos,
hacernos uno,
bailar todos los boleros y los tangos
y no guardar ningún luto, ni silencio;
nadie te lo ha dicho,
y espero ser yo quien te grite esta vez,
que quisiera que comencemos y terminemos
juntos este boceto.