Tuesday, January 13, 2009

Humedad

Los dedos siguen quietos sobre la mesa
apenas se mueven,
los ojos siguen fijos en el papel
ni siquiera se despabilan,
las pestañas están secas
y las retinas bien abiertas
esperando a que aparezcas;

los oídos son pozos vacíos
a penas resuenan,
las mejillas son una patria huérfana,
la frente una orilla olvidada,
los labios, un trampolín
al borde de una pileta reseca,
esperando a que aparezcas;

ante los campos desérticos de este paisaje,
que precisan ahogarse en tu aliento,
humectarse en la calidez de su cercanía
sumergirse en los rincones de las comisuras esquivas,
hallarse en el juego de sus arcos traviesos,
ahogarse en la caricia jugosa de su mordida,
para naufragar en la humedad de las esquinas,
al final de este encuentro.

1 comment:

Andrés Emilio said...

El otro día podría jurar que vi un planeta entre las comisuras. Había malecón, islas, centros comerciales y uno que otro río de baba que se estiraba con la velocidad del viento.

Era un planeta pequeño, diminuto, por eso mucha gente piensa que me imagino cosas, que soy torpe... pero sino, como explico que cuando me afeito mal, sale sangre, y hay luto en mis mejillas por tanto poro humano desaparecido.